Visión budista de la Luna en la casa 1.

La Luna en la primera casa estimula la imagen compasiva y sensible del individuo. Esta ubicación orienta a la persona hacia la apertura y la sensibilidad, una persona así puede atraer gente que busque un oído atento y receptivo. La Luna hace de la persona una especie de barómetro de su entorno emocional. La persona con esta posición reacciona con rapidez ante cualquier presión emocional, y exterioriza su alegría con facilidad. Sin embargo, si la persona con esta posición es poco hábil puede vivir tal sensibilidad como algo estimulante. Sus emociones y reacciones serán excesivas.




    Una práctica dedicada a la meditación tranquilizadora y el retiro producen una mezcla excelente de sabiduría y compasión. La compasión ya está ahí, pero la meditación agrega distanciamiento e imparcialidad para mejorarla. La habilidad empática de comprender las emociones es una cualidad natural. El rostro compasivo de la naturaleza de Buda del individuo brilla con esplendor con esta posición planetaria. En tal situación, resulta benéfico practicar con regularidad la meditación del dar y recibir que está en los textos de los Siete puntos de la transformación mental. Dichas prácticas implican un cambio enla actitud, que se convierte en conciencia bondadosa sobre los demás.

  Pulsando aquí, os podéis bajar un archivo donde se explica la Meditación del Dar y Recibir o Tong Len en tibetano.

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