Visión Budista de Urano.

   Desde el budismo, Urano no difiere mucho de su significado en la astrología tradicional occidental. Urano es "revolución", estimula la independencia, originalidad y espontaneidad en ambientes positivos. Urano, es como un rayo que aparece de repente y sin aviso. Da al individuo una expresión propia y espontánea. Otra figura que puede ayudar para entender a este planeta es la de un caballo que corre en total libertad por el campo. No hay cercas, ni bridas que limiten su expresión de libertad. Lo que Urano otorga es ese poder y libertad sin barreras.


  Una posición negativa de Urano promueve reacciones caóticas e impredecibles. La persona tiende a actuar de manera desorganizada y fuera de control. Puede sentirse víctima de sucesos inesperados, pues asume que los hechos no se suceden suavemente. La ubicación de Urano en la carta natal puede estar en un área donde la energía se encuentra inquieta y dispersa. Las explosiones breves de entusiasmo y esfuerzo son elementos comunes de la influencia de Urano. 

  Los practicantes del tantra budista encuentran en la ubicación de Urano un maravilloso estímulo hacia la libertad y el bienestar espiritual, ya que estimula la liberación de los sentimientos. En nuestra sociedad apenas conocemos lo que es realmente la práctica del tantra, tenemos una vaga idea de algunos occidentales que a lo largo de los años han viajado a la india y han aprendido algunos rituales de algún yogui, estos rituales son lo que la mayoría de las personas a las que les preguntas te describirían como tantra, una serie de  técnicas de masajes sexuales y  meditativas en pareja en las cuales se consigue llegar a alcanzar el estaxis. El tantra es mucho más que simples rituales en los que se practica sexo en pareja.

 Voy a explicar lo que es el tantra  en el budismo tibetano.  Budistas de todo el mundo estudian los sutras que son las palabras sagradas que dijo buda. Los budistas tibetanos además de los sutras estudian los tantras que son las últimas palabras que dijo buda antes de morir.

 En las meditaciones los monjes recitan sin cesar oraciones, son los mantras, antiguas formulas sagradas traídas de la india que ni si quiera se han traducido al tibetano, ya que su sonido es mucho más importante que su significado.

 Los mantras se repiten 108 o o miles de veces buscando suscitar la apertura espiritual del practicante.

  Los mudras son sellos, o cierres de energía se utilizados para alcanzar un nivel espiritual o de conciencia. Cada mudra pertenece a una deidad, y cada deidad tiene su mantra.

  El más conocido de todos Om mani padme hum es el mantra de Avalokiteshvara la deidad protectora del Tíbet y la más venerada ya que  se reencarnó en el Dalai lama.

  En las ceremonias tántricas se realizan los mándalas cuya traducción significa palacio, una técnica de dibujo confeccionado con arena de cuarzo de colores. Los monjes tardan 7 años en aprender las técnicas necesarias para hacer estos mándalas.

 Los mándalas son un laberinto que sirve al monje para aprender los secretos de como liberar la mente del ego, y de los objetos de valor, el que consiga llegar al centro del laberinto consigue los que los budistas llaman la iluminación. Los mándalas una vez cumplida su misión natural son destruidos y sus granos de arena disueltos en un río. Nada existe para siempre, ni siquiera los dioses, esa fue la última enseñanza de buda.

Monje dibujando con arena el Mandala del Tantra de Kalachakra.

  Los objetos más importantes del  ritual tántrico son el vajra o cetro de diamantes y la campana. El vajra representa la iluminación, la naturaleza indestructible del espíritu, encarna lo masculino. La campana en cambio simboliza la vacuidad,  la receptividad, la contemplación, la audición, lo cíclico, encarna lo femenino.



  A pesar de que el budismo tántrico tibetano completamente esta enfocado en estos dos tipos de energía una masculina y una femenina, y que en la mayoría de los dibujos y figuras de sus dioses están en posiciones de práctica sexual  los lamas conservan el celibato, solo en algunas otras ordenes se les permite a los monjes cuando han llegado a entender la práctica del tantra el poder tener una esposa o seguir conservando el celibato como decisión propia.
   

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