Astrología y Karma. Segunda Parte.

    Existen tres tipos de karma:

    a) El Karma del Presente: También se le llama Hado o Destino, se trata de el karma que deberá encontrarse en la vida presente. Este modelo básico de destino es considerado fundamentalmente inalterable, simplemente un modelo y una secuencia de experiencias que el individuo ha de tratar en esta encarnación. Sin embargo, un enfoque espiritual de la vida,  la ayuda de un maestro espiritual, la práctica de la magia positiva o sencillamente la ayuda o intervención de los Dioses -o de la Diosa si uno es wiccano diánico-, puede hacer que se reduzca el impacto de karma particularmente pesado, convirtiendo de esa menera un "mandoble" en un "pinchazo".

   b) El Karma del Futuro: Es el Karma que estamos fabricando ahora en esta misma vida, cuyos efectos tendremos que enfrentarlos en una época posterior. El cumplimiento de la Rede:

                    -Haz lo que quieras, mientras no dañes a nadie.
  
     Dentro del no dañar, nos incluimos también a nosotros mismos y por eso debemos llevar una vida sana, libre de excesos. Esto ayuda a fabricar menos karma negativo. Asumiendo la responsabilidad de nuestros actos, teniendo en cuenta la Ley de Tres, que significa que cuando practicamos magia el bien o el mal lo recibimos multiplicado por tres. Debido a que le estamos dando una fuerza adicional a nuestros deseos -sea para bien o para mal-. Seguir el camino de la Diosa o cualquier otro camino espiritual, colaborando activamente con nuestro proceso de desarrollo personal ayuda a que nuestro karma sea más positivo. La práctica de la meditación que fomenta el autoconocimiento, también nos ayuda mucho. Hasta el día en que alcancemos la unidad que la Diosa (o Dioses) representa y entonces el karma no nos afecte.

    c) El Karma de Reserva: Se trata del Karma que acumulamos durante muchas vidas pero que no está especificamente activo en esta encarnación. En miles de encarnaciones, acumulamos tan vastas marañas kármicas que sería imposible encontrar todos los resultados de pensamientos y actos pasados en una sola vida. Sencillamente, su conocimiento nos agobiaría física, psíquica y emocionalmente. Por eso se mantiene en reserva y no tiene nada que ver con el Karma del Presente.


     La Carta Natal revela de forma simbólica el modelo primario de vida del individuo: las posibilidades, el talento, las aficiones, los problemas y las características mentales dominantes. Se trata de un croquis del Karma del Presente. Revela el modelo de energía del individuo en todos los niveles: físico, mental, emocional e inspiracional, correspondientes a los cuatro elementos: tierra, aire, agua y fuego. El Karma de  Reserva no se muestra en la carta natal, puesto que no es asignado a esta vida. De modo parecido, tampoco se muestra el Karma del Futuro, pues que nos parece tener algún grado de libertad, por limitada que sea, en la determinación de qué karma crearemos en el presente.  Por eso cuando me refiero al Destino de esta vida o señalo que tenemos un Destino, eso no significa que no podamos hacer nuestra vida más positiva o que no podamos mejorar o cambiar nuestra vida de forma positiva. Al contrario, aunque la Carta Natal muestra el Karma del Presente y por tanto las restricciones que nos atan e impiden que nos sintamos libres, la Carta también es una herramienta que nos permite ver con claridad en qué ámbitos de la vida necesitamos trabajar para que podamos transmutrar nuestro modo corriente de expresarnos. Nuestra mente es la constructora. Llegamos a ser aquello que tenemos en nuestra mente. En consecuencias, si podemos alterar sutilmente nuestras actitudes y modos de pensar, no solo teniendo sino también viviendo un ideal, entonces podremos empezar a liberarnos de la esclavitud y a respirar libremente con el ritmo de la vida.

    Este es el enfoque, propio de la astrología kármica. Situados en esta perspectiva podemos apreciar que los acontecimientos no le suceden a las personas de modo casi tan importante como las personas les suceden a los acontecimientos. Esta es la clave de nuestro desarrollo psico-espiritual cuando nos encontramos con nuestro karma y asumimos nuestra responsabilidad, ya sea agradable o doloroso. En otras palabras, nuestra actitud sola determinará si, al encontrarnos con experiencias difíciles, sufriremos (y maldeciremos Destino) o creceremos aprendiendo las lecciones que la vida nos está enseñando.

   La Carta Natal muestra  nuestras pautas mentales, nuestros condicionamientos pasados, las impresiones y pautas mentales. Nuestro mapa natal revela lo que ahora somos debido a lo que hemos pensado y hecho en el pasado. Estas pautas vetustas y profundamente arraigadas no se cambian con facilidad. Eso lo tengo que decir, aunque no guste. No es asunto sencillo cambiar poderosas pautas habituales, fuertes costumbres, a través de la mera aplicación del sobrevalorado "poder de la voluntad". Estas pautas kármicas tampoco cambian en esencia escribiendo afirmaciones o con algunas terapias, como nos quieren hacer creer algunos del movimiento de la "Nueva Era". En todo caso lo que si puede cambiar es nuestro dinero, de nuestro bolsillo al de ellos. La evolución espiritual humana es mucho más sutil que eso. El viejo enfoque de tratar nuestros problemas diciéndonos "donde hay voluntad, hay un camino" se derrumba cuando la exigencia es demasiado intensa. Ni siquiera la práctica de la magia puede cambiar algo si forma parte de nuestro Destino, de nuestro Karma del Presente. Y el intento de racionalizar nuestros conflictos y crisis espirituales de la existencia sólo cerrará el paso de la corriente de energías vitales por poco tiempo, seguido por una liberación torrencial de energía que pone al descubierto totalmente la superficialidad del escapismo pseudo-espiritual. Es como si se agita mucho un botella de bebida gaseosa estando tapada y luego se abre de repente. Las pautas kármicas son reales y potentes. Los hábios no van a desaparecer de la noche a la mañana después de practicar afirmaciones o de hacer un curso de pensamiento positivo. A estas fuerzas vitales se las debe aceptar y reconocer, y prestar la atención debida.

    El conocimiento personal y la realización personal son el requisito necesario de la realización que representa la Diosa -o los Dioses-; pero, en las primeras etapas, quien estudia las verdades espirituales o las leyes superiores de la astrología se desanima con frecuencia cuando las nuevas intuiciones respecto de su personalidad le revelan tantos rasgos, emociones y pautas de orden negativo que están fuertemente arraigados y que son habituales en nuestra vida. Debido a esto tenemos que ejercitar un gran cuidado tanto si queremos estudiar astrología para usarla como herramienta de autoconocimiento personal o para asesorar a los demás, sea profesionalmente o no. De la misma forma que, al abrir una puerta, en un cuarto oscuro, una pequeña hendidura deja entrar un rayo de luz al mismo tiempo revela toda clase de polvillo en el aire y tal vez otra suciedad que antes no se manifestaba en la habitación. Del mismo modo cuando se dan los primeros pasos hacia el conocimiento personal, ya sea utilizando el rayo del luz  conocido como astrología u otro método iluminador, el estudiante muy a menudo desarrolla rápidamente una actitud negativa hacia su personalidad, su destino, su mapa natal, etc. Debe explicarse además que, a medida que aumenta la intensidad de la luz, el estudiante, el estudiante tomará conciencia más inmediata aún de sus defectos, debilidades y cualidades negativas, pero a tal conocimiento se ha de dar la bienvenida como señal de un mayor conocimiento personal y un claro avance evolutivo. Al estudiante se le debe animar y así animo yo a los lectores de mi blog para que usen sus vislumbres como un acicate para asuman una clara acción constructiva de la transformación positiva de la vida individual, más que como una razón o una excusa por el temor o la ansiedad. Además debe saber el estudiante que, a medida que aumenta el nivel de conocimiento personal, a menudo el karma de esa persona empieza a manifestarse en un nivel más sutil, puesto que empieza ha franquear lo que debe aprender de su personalidad, y por endeya no hay necesidad de sacudidas o acontecimientos dramáticos para despertar al individuo de la ignorancia o de la letargia espiritual. Como decía Carl Gustav Jung:

               La norma psicológica dice que cuando no se toma consciencia de una situación interna, sucede fuera, como destino. Es decir, cuando el individuo... no toma consciencia de sus contradicciones interiores, el mundo forzosamente deberá representar el conflicto y partirse en mitades opuestas.

      Un compromiso de desarrollo y conocimiento personales no sólo ofrece la promesa de ayudar al individuo a que en el futuro sea un alma más íntegra, feliz e iluminada, sino que tal paso empieza a menudo a aliviar mucho el sufrimiento en el presente, una vez que la confusión y el desánimo iniciales son vencidos.

     Todos los seres humanos tenemos ciertas influencias kármicas que debemos encontrar: todos deberemos cosechar los frutos de lo que hemos sembrado. La astrología nos proporciona un mapa de nuestros apegos, problemas, talentos y tendencias mentales, nos ofrece un modo, un primer paso, no sólo de comprensión de nuestro Karma del Presente en un sentido específico, y de ayuda para que trabajemos con estas confrontaciones dentro y fuera, sin otambién un modo de empezar a elevarnos por encima del mismo. 

   La Carta Natal muestra el pasado uso creativo o el mal uso de nuestros poderes. Si aceptamos la idea del poder de la mente y la voluntad del individuo, entonces deberemos aceptar también que somos responsables de nuestro Destino y nuestros problemas como aparecen en la Carta. Esto los wiccanos no tenemos mucho problema en asumirlo, debido a que nuestra religión nos fomenta mucho el Sentido de Autorresponsabilidad. En otras religiones quizá esto sea más difícil. De esta forma se puede afirmar que la carta natal solo muestra el Karma del Presente. Desde esta perspectiva la astrología kármica es una "ciencia del karma", en definitiva, un modo de comprender y aceptar nuestras responsabilidades de modo preciso.


En la leyenda galesa, la Diosa Tejedora Arianrhod, señora de Caer Arianrhod, el Castillo Espiral de la muerte, la iniciación y el renacimiento. A partir de su propio cuerpo, enmadeja el hilo de la existencia y lo teje para formar la materia -el cosmos mismo-. Es la Diosa del Destino, que urde el tejido del destino, y teje la telaraña que reúne todas las vidas. Su rueca es la rueda de las estrellas, sus hilos son los hilos de la vida, la muerte y el renacimiento.
La Diosa teje el hilo del destino de una persona de acuerdo con sus acciones en la telaraña de la vida. Como tal, puede considerársela Diosa de la Justicia, lisa a cambiar el patrón de la urdimbre o, con su cuchichoo, cortar la tela.


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