Síntomas y causas de la depresión.

    Vamos a seguir profundizando en la depresión y para ello en este artículo voy a hablar de sus causas y síntomas. Los síntomas más comunes y destacados de la depresión son los siguientes: manifestaciones de ansiedad (palpitaciones, sudación, angustia, opresión torácica, taquicardia, mareos, dolores estomacales o de cabeza...), fatiga, insomnio o exceso de sueño, apatía, pérdida de interés por todo, reacciones retardadas, dificultades en el hábito, pérdida de apetito y peso, falta de concentración, pensamientos repetitivos y pesimistas, aislamiento social, baja autoestima, carencia de autoconfianza, sentimientos de culpabilidad, pésima autoimagen, dramatización,  aguda tristeza e ideas de suicidio. Los síntomas físicos corresponden a los mismos que la ansiedad.




Factores físicos

    La predisposición genética, como en el caso de la maníaco-depresión, es un factor principal porque tales personas suelen tener ascendientes con el mismo problema. Las esquizofrenias también posee un fuerte componente biológico.

    Cualquier cambio hormonal puede repercutir en el nivel de neurotransmisores cerebrales y afectar al organismo. Por tanto, algunas enfermedades predisponen a la depresión: cánceres digestivos, tumores intracraneales, hipertiroidismo, deficiencias vitamínicas o de minerales, enfermedad de Parkinson, demencia senil o presenil, esclerosis múltiple, tuberculosis, enfermedades de la sangre, hepatitis, gripes graves, herpes, lesiones o golpes en la cabeza, fatiga crónica, alcoholismo...

    Otro factor de riesgo es la administración de ciertos medicamentos, como hipertensores, antituberculosos, corticoides y píldora contraceptiva.


Factores estresantes

    El estrés agota las reservas energéticas del individuo y, al verse incapacitado para reponerlas, se presenta la fatiga. El cúmulo de una serie de acontecimientos estresantes (nacimiento de un hijo, embarazo, pérdida de un familiar o un amigo, separación o divorcio, aislamiento social, enfermedad, pérdida de empleo, jubilación, ruina) pueden conducir a una depresión.

    En realidad, existen infinidad de circunstancias de riesgo, todo depende del carácter y de la situación personal concreta. Para algunas personas, marchar de viaje, la celebración de la boda, la necesidad de adaptarse a un nuevo empleo, ir al dentista o una simple desavenencia familair son motivos suficientes para desfallecer.

    Psicólogos y psiquiatras definen un perfil patológico de carácter propenso a las depresiones. Se trata de una persona fácilmente sugestionable, muy sensible al entorno, quizá con un tic o trastorno de ansiedad. Suele tener una baja autoestima, mantiene relaciones de dependencia excesiva con otras personas y soporta mal la frustración.


Factores ambientales

    Los cambios de estación, el acortamiento del día, el frío, la nubosidad permanente y la lluvia continuada no contribuyen a mejorar el estado anímico. Durante el otoño y el invierno aumentan significativamente los casos de depresión. La melatonina, hormona relacionada con los cambios de humor (y la pigmentación de la piel) se produce en la glándula pineal del crebro, y el incremento de su producción está en función del nivel de luminosidad ambiental. Por esta razón, las personas que trabajan en horario nocturno o en espacios donde no hay luz natural (minas, transporte suburbano) son más proclives a padecer depresiones.

   Hasta aquí he explicado algunas de las causas y síntomas más comunes de la depresión. En un artículo posterior hablaré de sus tipologías.

   

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