Psicoterapia y depresión

    La psicoterapia, aunque complementaria, no deja de tener un importante papel debido a sus tres principales funciones básicas:

• Soporte emocional (sobre todo en las fases agudas).
• Reeducación emocional y del comportamiento.
• Función de reconstrucción, ayudando a hacer conscientes los modelos inconscientemente aprendidos durante la infancia y la adolescencia.

    Para las depresiones suaves se aplica una psicoterapia simple, de soporte. La psicoterapia de apoyo brinda al enfermo la oportunidad de desahogarse y confiar en su malestar a un especialista. Este tipo de psicoterapia se centra en corregir el comportamiento inadecuado de los pacientes depresivos: falta de actividad, falta de comunicación interpersonal, desánimo... 

    Una de las funciones primordiales del psicoterapeuta consistirá en hacer entender al afectado que su situación es transitoria y perfectamente curable, es decir, que evolucionará positivamente. También se le hará entender que su familia acepta su enfermedad y, con el tiempo, se le proporcionarán nuevas perspectivas con las cuales cambiar sus esquemas y creencias negativas respecto a sí mismo, creencias que le impiden una buena interrelación y socialización.

    Hay que enseñar al afectado ciertas habilidades y técnicas simples (comunicación y expresión de sentimientos y necesidades) para resolver con mayor facilidad los problemas personales o rutinarios, para desenvolverse mejor en las situaciones sociales y, poco a poco, para emprender actividades que estimulen a tomar iniciativas, distraerse, relacionarse con grupos, desarrollar la creatividad y la organización...

    De esta forma la psicoterapia puede ayudar en la depresión. En un próximo artículo explicaré la manera en que puede ayudar el psicoanálisis y la terapia cognitiva.