El Karma en las Casas de Agua. Primera Parte.

   Las casas del elemento agua son la casa IV, la VIII y la XII, se denominan también la "trinidad del alma" o la "trinidad psíquica", y juntas constituyen otro factor importante que se relaciona con el karma personal. Aunque normalmente la casa XII se relaciona con "riesgos kármicos",  todo karma es un riesgo que nos ata al plano material y a un nivel limitado de consciencia. Y todas las casas de agua se ocupan del pasado, de respuestas condicionadas que ahora son instintivas y que funcionan a través de las emociones, y por tanto: con el karma. Estas casas tienen que ver con los anhelos más profundos del alma, anhelos que, por su naturaleza misma, son inconscientes, al menos en parte.  El ciclo de las casas de agua muestra el proceso de ganar consciencia mediante la asimilación de la esencia del pasado y mediante el dejar correr el rsiduo que sobrevivió a su utilidad. El derroche emocional y las agotadas pautas emocionales de conducta deberán purgarse antes de que el alma se pueda expresar claramente. Los que tienen casas de agua muy marcadas viven dentro de ellos mismos y son difícil de conocer (especialmente, si el sol, el símbolo del yo individual, está en una de estas casas). Una parte de su energía vital funciona en un nivel subliminal; otra parte de su motivación es influida por matices irracionales, inexplicables y, a menudo, desconcertantes. Sus sensibilidades son impredecibles, puesto que nunca sabemos qué activará un viejo recuerdo, irritará una vieja herida, o excitará un molesto complejo. Por tanto, todas estas casas se correlacionan con la necesidad de alcanzar paz emocional y libertad respecto del pasado, y el que tenga más marcadas estas casas en el mapa natal tiene necesidad de llevar a la superficie las obsesiones y los temores generados por experiencias pasadas y dejar que estos sentimientos se iluminen en la conciencia plena.

   Las casas de agua pueden ser índice de varios tipo de temor: temor de volver al desválido estado de la infancia por la casa IV, temor a los tabúes sociales por la casa VIII, y temor al caos por la casa XII. ¿Dé donde provienen los temores? Del pasado, por supuesto.  Ya sea del condicionamiento e instrucción pasados de un tipo específico o de géneros específicos de experiencias o shocks traumáticos. Los planetas que caen en las casas de agua representan, por tanto, deseos de expresión matizados por pautas kármicas, prejuicios emocionales, o motivaciones y temores inconscientes. A menudo muestran los fantasmas del pasado que todavía obsesionan a una persona, y el hecho de que, por lo menos hasta cierto punto, sean inconscientes, explica porqué estas sumas de energía con tanta frecuencia minan la orientación consciente hacia la vida. Estas fuerzas, estos deseos y energías, por así decirlo, aguardan renacer a través de nuestro esfuerzo consciente; y no nos dejarán en paz hasta que enfrentemos con honradez y liberemos esa energía mediante acción valerosa.

En Cuentos de Navidad, de Charles Dickens su protagonista se enfrenta a su fantasma del pasado.

    Los planetas en casas de agua muestran lo que está ocurriendo en los niveles sutiles o subconscientes; muestran fuentes de experiencia profujndas en la vida presente que -aunque brotan del pasado distante- están todavía vivas y constituyen una concentración mayor de la energía vital. Mientras permanezcamos inconscientes de estos aspectos de nuestra naturaleza, no disponemos de la energía y las funciones psíquicas representadas por los planetas en las casas de agua para dirigirlas conscientemente y utilizarlas creativamente. Sin embargo, cuando tomamos consciencia de estas partes de nosotros, pueden tomar vida con gran fuerza. El hecho de que los planetas en las casas de agua revelen a menudo en nuestrs vidas factores que trascienden, abruman o minan nuestra orientación consciente ha de aceptarse de buen grado, pues con frecuencia la consciencia del ego se aferra a pautas limitadas de expresión y, por tanto, necesita de una confrontación periódica de las fuentes más profundas de la vida dentro de nosotros. Tal experiencia puede ser renovadora; pues la "autoanulación", el caos, la pérdida personal, o la cabal disolución de la personalidad egoica consciente experimentados por una persona con mayor énfasis sobre las casas de agua podrá franquear a esa per sona hacia la intuición espiritual y la iluminación. Un fuerte énfasis sobre las casas de agua puede mostrar que estos factores en la vida del individuo luchan para que se los reconozca, osea para que se los acepte bajo la luz de la consciencia -reconocimiento significa conocer de nuevo, con referencia a un conocimiento pasado del factor indicado, que actualmente está "olvidado" o es inconsciente-. Los efectos emocionales negativos de planetas con aspectos tensos en casas de agua podrán a menudo mejorarse mediante el reconocimiento y la atención consciente de las fuerzas de vida así simbolizadas, tal como los antiguos adoraban a cada uno de los planetas como una deidad -o sea, como un poder o una ley-, sabiendo que lo que con seguridad sobrevendría sería la némesis de los dioses si una persona ignoraba arrogantemente las exigencias de las fuerzas más poderosas.

Comentarios

  1. luna en la casa VI y no muy bien aspectada, que me trae muchos problemas en la vida diaria..eczemas, dermatitis, resfrios, acne,,etc...me interesan muchos todo lo relacionado a los alimentos y como influye en el cuerpo una buena dieta..les dejo a ver que opinan uds..gracias

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